Buena Reputación

Cuando vivimos con seriedad, mostramos a otros el valor y la importancia de nuestra fe. Nuestro testimonio se fortalece y podemos influir positivamente en la vida de quienes nos rodean.

Buena reputación es el prestigio o estima en que son tenidos a alguien o algo, una reputación positiva se mide en la forma en la que las personas son percibidas por las demás a lo largo del tiempo, de acuerdo con su desempeño, competencia, carisma, compañerismo y seriedad. La reputación no se crea de un día para otro, sino mediante la constante demostración de una conducta recta y por el conjunto de comportamientos y valores sumamente éticos.

A continuación queremos reflejar el enorme prestigio y buena reputación que tenía Abraham:

Sara, la esposa de Abraham vivió ciento veintisiete años y murió en Quiriat Arbá, es decir en la ciudad de Hebrón, en la tierra de Canaán, producto de su muerte Abraham hizo duelo y lloro por ella como es normal que suceda cuando fallece un familiar querido y más si se trata de un cónyuge.

Inmediatamente fallece su esposa, Abraham se retiró de donde estaba la difunta y fue a proponerles a los hititas, habitantes locales de la tierra donde el se encontraba, que le vendan un sepulcro para enterrar a su difunta esposa.

La Biblia revela que los Hititas fueron descendientes de Het, el bisnieto de Noé. Puesto que Het fue hijo de Canaán y nieto de Cam, los hititas eran cananeos.

 A tal propuesta los hititas respondieron de la siguiente manera, señor Abraham usted es un jefe muy importante entre nosotros, además: Oyenos, señor nuestro; eres un príncipe de Dios entre nosotros, sepulte a su difunta esposa en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros le negará su tumba para que pueda sepultar a su difunta esposa.

Este trato de tanto respeto y consideración demostraba que Abraham gozaba de una gran reputación como persona y mucho más como cristiano, porque los locales afirmaban públicamente que Él era un jefe y destacaban que Abraham era un príncipe de Dios, en otras palabras que era un buen cristiano.

Abraham se levantó, se inclinó ante los hititas del lugar y les dijo:

Si les parece bien que yo entierre aquí a mi difunta esposa, les ruego que intercedan ante Efrón hijo de Zojar para que me venda la cueva de Macpela, que está en los linderos de su campo, díganle que me la venda en su justo precio y así tendré entre ustedes un sepulcro para mi familia.

Efrón el hitita, que estaba sentado allí entre su gente, respondió a Abraham en presencia de todos ellos y de los que pasaban por la puerta de su ciudad.

No, señor mío, escúcheme bien: yo le regalo el campo y también la cueva que está en él. Los hijos de mi pueblo son testigos de que yo se las regalo. Entierre usted a su difunta esposa.

Una vez más, Abraham se inclinó ante la gente de ese lugar en señal de respeto y en presencia de los que allí estaban, dijo a Efrón

Escúcheme, por favor. Yo insisto en pagarle el precio justo del campo. Acéptelo usted y así yo podré enterrar allí a mi difunta esposa.

Efrón contestó a Abraham:

Señor mío, escúcheme. El campo vale cuatrocientos siclos  de plata. ¿Qué es eso entre nosotros? Vaya tranquilo y entierre a su difunta esposa.

Pero Abraham se negó aceptar el regalo, se puso de acuerdo con Efrón y en presencia de los hititas le pagó lo convenido: cuatrocientos siclos de plata, de acuerdo con el peso corriente entre los comerciantes.

De esta manera así fue como el campo de Efrón, que estaba en Macpela, cerca de Mamré, pasó a ser propiedad de Abraham, junto con la cueva y todos los árboles que estaban dentro de los límites del campo.

A pesar del momento difícil que estaba pasando Abraham, muestra como un cristiano debe comportarse con las demás personas. Producto del momento de dolor, pienso que cualquier persona aprovecharía esa ocasión y toma todo lo que den y saca beneficio personal de la muerte de un ser querido, pero como Abraham era un hombre justo no acepto dicho regalo y prefirió hacer un justo negocio y comprar el terreno donde posteriormente sepulto a su esposa.

Con esta actitud demostró Abraham, no ser un aprovechador o desconsiderado, en la actualidad vemos a muchos sacar un beneficio personal, de cosas que pueden comprar porque tienen los recursos económicos para solventar sus necesidades, pero prefieren que les regalen todo.

Se ha hecho muy popular ver como las personas se cuelan en la filas del banco, entran al bus por encima de los demás que estaban delante, solicitan servicios y beneficios que ellos pueden resolver, pero no lo hacen, porque quieren vivir de los demás; vemos muchas personas injustas que roban dinero público y los reparten entre amigos y familiares.  Y a esto se les llama hoy en día tener habilidad o ser un estratega.

Debemos reproducir este ejemplo de Abraham y mostrar nuestra seriedad como creyentes, ya que la misma tiene un impacto más positivo que lo que decimos a aquellos que nos rodean. Cuando vivimos con seriedad, mostramos a otros el valor y la importancia de nuestra fe. Nuestro testimonio se fortalece, y podemos influir positivamente en la vida de quienes nos rodean, por eso los hititas hablaron bien de Abrahán y estaban dispuesto a regalar su propiedad, porque no solo mostraba este hombre una conducta recta, si no que era un buen representante de Dios ,lo que lo hizo merecedor de una excelente reputación.

By Benjamín De La Cruz Aquino.